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POEMA RECITADO VOZ DEL CORAZON - LETRA Y VOZ MARIA RIAL (ISSISORA)

POEMA RECITADO VOZ DEL CORAZON - LETRA Y VOZ MARIA RIAL (ISSISORA)

jueves, 22 de diciembre de 2011

Un cuento de Navidad algo inusitado (autor Xilos)


Emboscado en una oscura esquina sólo oía los fuertes latidos de su corazón.
Había pasado un buen rato cuando las campanadas de la torre dieron las doce.
Fue entonces cuando sintió unos pasos que se acercaban.
Casi sin darse cuenta lo tuvo de cara.
Sin pensárselo entró en acción. Esgrimiendo un cuchillo de grandes proporciones y con risa nerviosa soltó su retahíla:
-jajajaja, la bolsa o la vida.
-jó, jó, jó, río el canoso y barbudo hombretón de rojo mientras le entregaba la bolsa llena de carbón.

FELIZ NAVIDAD A TODOS LOS POETAS, CUENTISTAS, RELATISTAS…………. COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS!!!

NOTA: Regalar carbón es una costumbre muy antigua. Surge principalmente de la figura de los Reyes Magos. Ellos obsequiaban a los niños con regalos y, si éstos no se habían portado bien, recibían carbón en su lugar.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Los insignificantes (autor Xilos)



El hombre.
Los hombres.
¿El centro?
Ilusos soñadores.
Miro el cielo,
arriba,
muy arriba;
mi vista se pierde
en la noche.
Oscuro firmamento
lleno de puntos.
Estrellas,
planetas,
mundos,
con nombres,
bautismos de hombres,
¿sus creadores?
Iluso,
el hombre;
ilusos,
los hombres.
Luces.
Más luces.
Fuegos.
Nebulosas y cometas.
Auroras y meteoros,
fugaces halos,
voladores.
El hombre.
Los hombres.
Sus inventos.
Chatarras volantes,
con formas de peces,
pasan veloces.
Escorias de hierro
que lanzamos
al aire
creyéndonos dioses
y alcanzamos
¿qué?
¿el qué?
¿para qué?
Arrojos,
apenas unos metros
en la comparativa
del universo
y su infinito entorno;
incierto.
Giramos en el todo.
Vértigo.
Vértigo negro.
Miro el cielo,
es de noche.
Sosiego.
Solos.
Cúmulos que giran
en el vals
gravitatorio.
Órbitas de órbitas.
¿solos?
El hombre.
Los hombres.
Reyes,
de cartón,
que con el agua
se desvanecen.
Planeta azul.
¿Fruto de qué?
¿A dónde?
Somos uno más
entre tantos,
entre muchos.
Infinito.
Agujeros negros.
La nada.
Las nadas.
El hombre.
Los hombres.
Dioses ingenieros,
de cartón.
Unos vuelan,
otros pasan hambre.
Hambre de hombre.
Miserias de hombres.
Pobrezas y penurias
de hombres.
Víctimas.
Unos de los otros.
Los voladores.
Todos contra todos.
Espejos rotos.
Títeres sin cuerdas,
cortadas.
Meteoros.
Cúmulos que giran.
Vals de gravedad.
Nubes de gases y polvos.
Bolas de materias,
calientes,
ardientes.
Estrellas.
Planetas.
Satélites.
Órbitas.
El hombre.
Los  hombres.
Juguetes
en un lugar
de lugares
dentro del orden.
Big bang inicial.
Ahora,
entre el polvo
estelar y abisal,
jugamos a dioses.
Agonizantes.
El hombre.
Los hombres.
Insignificantes.

© 2011 Xilos. Todos los derechos reservados.  Registro de la Propiedad Intelectual -Safe Creative-  nº  1112110725083


domingo, 9 de octubre de 2011

Del lecho al nicho, sólo un clic (autor Xilos)

Incómoda no sabía dónde ubicarse.
Se movía de un lado hacía otro, sin saber exactamente dónde parar.
Y por esa razón no cesaba, cada vez más nerviosa
Cada instante más ávida de situarse en algún sitio.
Cómodo, quería un lugar cómodo, muy cómodo.
Al final, cansada, vio una cáma y se colocó.
Y bien a gusto que estaba.
Pero sus prisas, su mala cabeza, su alocada actitud, le jugó una mala pasada.
Cama es palabra llana y terminada en vocal. NO LLEVA TILDE!!!.
En menos de un suspiro el corrector de Word la borro del mapa.

sábado, 6 de agosto de 2011

Verticales panales (autor Xilos)


Un almanaque
un lunes señala;
cualquiera día
de los malos
donde el corazón
se siente plano.
Un bloque,
un armazón,
cinco pisos
de hormigón.
Una colmena
verticales panales
vidas insatisfechas
insípidas y banales.
Voces opacas
de algodón
En el primero
estornudos guturales,
tos ronca
como un trombón,
de tísico amater,
sonando en rotura
hasta el amanecer
En el segundo
pompas de jabón,
falsas ilusiones;
negra vida
como el negro carbón
En el tercero
dos amantes;
arremetidas;
desenfreno en el lecho;
disolutas abatidas
licencias de vicios
convertidas en hechos
El del cuarto
no entra en juego
es de New York,
cosificado,
sin darse cuenta,
como en  foto
de los cincuenta
En el quinto
una fritanga
en una sartén,
con grasa de manteca,
sucia,
se fríe la soledad.
Y abajo,
en la calle,
un trueno seco y delator
que espanta dos cucarachas,
sin alza cuellos,
estrambóticas,
estrafalarias,
deslucidas,
sin brillos ya.
La lluvia,
¿toxica?
que escampa.
Sin parar
una sirena suena;
un trombón,
un clarín,
qué sé yo.
Un panadero que sale,
es madrugada.
El alma de un sereno
que no se quiere ir;
no vio la luz, sigue allí.
Un fundido neón
chisporrotea a cada intento.
De vez en cuando
Ilumina su luz.
Roja.
El rugido de león,
es en la basura,
golpes secos del contenedor,
aspirador de la mugre,
dieciochesca huella social,
Es la colmena.
Un panal,
de humanas abejas,
no avenidas,
vestidas y desvestidas:
¡de ideas!
Un ruido de fondo,
un programa de televisión.
Por las ondas
la lluvia tóxica
de un reality show.
Ley seca
de pensamientos.
Se lustra y se premia
la desazón del sin sentir.
¡Cómo lo siento!
Llueve en la calle
y dentro no hace sol.
Es el sinsabor de la urbe.
La soledad
humana desazón.


© 2011 Xilos. Todos los derechos reservados.  Registro de la Propiedad Intelectual -Safe Creative-  nº 1108059813004

sábado, 9 de julio de 2011

Mirandoca al cielo (autor Xilos)





Las nubes pasan como  jaurías
celajes de cúmulos en el cielo,
se juntan y separan
al antojo del viento.
Son como gasas de velos
con las que  tapan la cara
del sol sus destellos.
Las nubes pasan con bigardía
en remolinos de embrujos,
fragmentos sutiles,
forjadoras de mil dibujos,
pigmentos de efluvios,
hechizos del firmamento.
Las nubes pasan,
livianas y vaporosas,
y yo miro al cielo.
Siento la hierba
en mi espalda
y siento el viento
y su aliento.
Las nubes me arropan
mientras viajan
y atrapan
mis pensamientos.
Esparcen apenas unas gotas
que sobre mi rostro caen,
ligeras y gráciles,
leves y menudas.
Olor húmedo
a tierra húmeda.
Goteo sonoro de otoño
Lluvia.
Miro las nubes y veo formas,
¿son poemas?,
no,  son nubes con estampas
¿de versares? ……..
Son formas que pasan,
que pasan como ovejas,
negras y blancas;
y yo las miro y me grito:
¡Tengo mi rebaño en el cielo!
¡Soy pastor de mil corderos!
Algodones entre azules
que me inspiran
y disponen
mis baladas
y mis versos.
Estiro mi mano y las toco,
no sin recelo,
y siguen apenas llorando
sus lágrimas de terciopelo,
que caen sobre mí.
¿Acaso son mis recuerdos?
racimos de claros
entre espacios de tiempo,
cinceladoras de imágenes
fantasías,
fantasmas
y afectos.
Las nubes pasan
creando de mi aliento
un eterno preguntar
que se forja
con sus destellos.
¿Son acaso las nubes que yo veo
versos encapsulados
que armonizan mis silencios
entre sus desviados vuelos
y sus constantes movimientos,
paraíso suspendido
que se marcha como el tiempo?
Las nubes pasan
y se llevan mis recuerdos
entre tiernos algodones
y suaves vientos


© 2011 Xilos. Todos los derechos reservados.  Registro de la Propiedad Intelectual -Safe Creative-  nº 1107089638243

sábado, 14 de mayo de 2011

Mi campo andaluz (autor Xilos)


Campo andaluz
de verde vestido,
de olivares crespos
y aire bruñido.
Campo andaluz
¡cuántos ríos!
¡cuántos valles!
de verde tu brío.
Encinas y alcornoques
te engalanan.
Hueles a tomillo
y romero,
a claveles
y lavanda.
Campo andaluz,
suspiros
de blanco y verde
visten tus hectáreas.
La sangre que te recorre
son rumores de tus aguas.
Son los fresnos
y los sauces,
son los chopos
y las jacarandas,
y también los cipreses,
los carrizos  y las cañas,
frondas de verdores
que tus campos bañan.
Tu tierra se envuelve
en brillos de oro,
es el rey de los astros
que ilumina tus tesoros.
Y después,
sobre los cortijos de tejas,
la luna te nace
de su cuna coqueta,
noctámbula y pura,
gitana y queda,
espejo pulido
que te adorna y corteja.
Calas y remansos
en tus marismas.
Y hasta tus cotos
las dunas de arenas,
donde el águila
y el lince
viven y juegan.
Y en tus humedales
un eterno volar,
pátina de tinturas
que surcan tus arboledas.
Bravos tus toros
y tus yeguadas
de brava raza,
es el campo andaluz
y sus raíces lejanas.
Tierra y sudor
te hieren y laceran
de surcos las azadas.
Eras y espigas
añosos testigos
de la tierra trabajada.
Es mi campo andaluz
y sus pueblos y montañas,
donde los poetas
te versan y cantan.
Son tus  geranios,
tus patios y tus corralas,
y son tus casas,
paisaje de verdores
encalados de alba,
los que de acuarelas
atrapan el alma.
Es mi campo andaluz
el que viste
y se engalana
con el verde
blanco
y verde
de su historia
y sus hazañas.


© 2011 Xilos. Todos los derechos reservados.  Registro de la Propiedad Intelectual -Safe Creative-