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POEMA RECITADO VOZ DEL CORAZON - LETRA Y VOZ MARIA RIAL (ISSISORA)

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viernes, 23 de abril de 2010

En cincuenta palabras (Club Nenúfar 18-04-10) Tema: MAR

Carlos
Mar
Que se me lleve el diablo
si no consigo el acierto
de que con pocos vocablos
y el lema de arriba inserto
me escape yo del venablo
que quisiera verme muerto
Se hizo bastante breve,
pues apenas sin darme cuenta
tengo ya cuarenta y nueve
y ahora con mar. ¡cincuenta!

Loli
JUEGOS
Navegando sobre las olas el pequeño capitán surcaba un mar negro y desconocido, lo habitaban monstruos indescriptibles, pero él los vencía después de alguna pequeña escaramuza. Cada noche con su capa de sábanas atada al cuello y su valor compuesto de ilusiones emprendía una nueva aventura brincando sobre su cama.

Mónica
El sol se ocultaba, estaba nublado. Como cada tarde de invierno era la hora de cerrar las persianas; con una necesidad imperiosa, como si tuviera miedo a algo misterioso que llegara de fuera. Lo había descubierto desde joven, era la vista al mar lo que la llenaba de nostalgia

Carmen
Sierra Mágina
Cuando la trasladaron pensó que jamás se adaptaría a vivir en el interior. Llegó de noche, no conocía la casa. Por la mañana abrió el balcón y ante ella una visión que la hizo estremecer, un mar de montañas azules y grises con algunas tonalidades verdes y marrones la impresionaron.

Ana
Atrás queda el mar, la tierra, el aire, me coloco bien la máscara y me voy adentrando en las entrañas de este inseguro mundo. Bajo cinco, diez, quince metros y salgo a la negra galería, ya huele a grisú, activo el foco y empiezo la rutina de otro oscuro día.

Antonio
Él no quería irse…. Todavía no.
Ella, cambiada, tremenda, furiosa.
A él la fatiga le congelaba el alma.
Ella bramaba, se erguía en todo su ser.
Él, con nubes en los sentidos, cogía apenas con una mano la tabla.
La ola, en un golpe final de mar, se lo llevo.

Pedro
Sentado frente a él, yo le hablaba de mis pequeñas historias y él me contaba grandes aventuras de hombres intrépidos y monstruos fantásticos, de terribles guerreros y hábiles comerciantes, de pequeños grumetes y blancas ballenas, de islas misteriosas y tesoros ocultos, de feroces piratas y reinos sumergidos. Gracias mar, mi viejo amigo.

Clara
Allí donde las nubes se deshacen en mil motas de polvo, y las plazas son oscuras, las noches no terminan y los días no perdonan, allí donde los túneles rebosan malolientes de ruido y de calor, allí me reconcilié con él, y supe que siempre habría de volver al mar.
LA SIRENITA INVERSA
Leira quiere cambiar sus piernas por una voz para cantar, quiere tener cola de pez para nadar, quiere escapar de los príncipes de la tierra y vivir en libertad, escuchar las mareas y las olas cómo vienen y cómo van, y bailar entre algas, pulpos y crustáceos, bajo el mar.

Tere
Me crucé con él esta mañana por la calle del Mar, pero iba tan rápido que no me vio... ¡Ooh!, ya ves... no, no llevaba el bastón. ¡Ooh Pobrecillo!.. ¿Y cómo fue? ... un coche... no sabe... claro... ¿Y puede hablar?, ¡Ooh! ¡Menos mal!

Toñi
LO PRIMERO QUE HACÍA CADA MAÑANA AL LEVANTARSE ERA MIRAR POR LA VENTANA.
LO CONTEMPLABA, LO OLÍA, LO ESCUCHABA… SIEMPRE PENSÓ QUE ERA SU AMIGO…
SE EQUIVOCABA.
AQUEL DÍA EL MAR SE DESPERTÓ DIFERENTE, HAMBRIENTO…
TRAICIONERO…Y CON UNA MACABRA RISOTADA SE TRAGÓ SU PUEBLO Y A ELLA CON ÉL.

Francis
Entre mis múltiples obligaciones en esta maldita residencia, está retirar a sus aposentos a estos ancianos que esperan morir.
Sigfrido me causa cierta desazón.
Cada mañana acerco su silla al borde de la playa.
¿Te aburre contemplar todas las mañanas el mismo mar?
Responde impertérrito: Me recuerda sus ojos.

Laura
Elegí el amarillo porque me sonaba a sol.
Me deslicé por el tobogán y llegué al agua. Para entonces era tarde, no alcancé a recapacitar sobre si una de mis habilidades infantiles era nadar.
Abrí los ojos y creí estar en el mar. Me asustó un pez que desfilaba ante mí. Seguidamente unas enormes manos me agarraron sacándome a la superficie.
“Gracias, hombre del traje azul”.

Milagros
Hay algo en mi ciudad que la hace especial, no sé si podría acostumbrarme a no tener su sonido, su aroma y, sobre todo, su mar. La gente que se acostumbra a él , ya no sabe vivir en su ausencia. No cambiaría de ciudad si no pudiera ver ese mar.

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