CLARA
En mi sueño, nuestras camas se alejaban empujadas por la marea y atraídas por la intensidad del mar. Yo, pusilánime, y ella, audaz, me animaba a seguir luchando. Su voz, genuina como la de un Stradivarius, me daba fuerzas y, finalmente, entre las dos, conseguimos vencer la resistencia del agua.
ANA
Caminaba distraído por la calle de aquella luminosa ciudad cuando percibí un sonido muy familiar: la serenata melancólica de Tchaikovsky. Un adolescente de rubios cabellos, desaliñado, sucio y pusilánime, movía el arco con desgana destrozando la belleza de la melodía. ¡Dios mío! ¡Pero si eran mis partituras y mi Stradivarius!.
CARMEN
Tiene quince años, es menuda, de aspecto frágil, intensa mirada de ojos rasgados y oscuros y dulce sonrisa, su carácter un tanto pusilánime la hacía temblar, su padre le susurró unas palabras al oído y al abrirse el telón cogió su stradivarius y empezó a tocar con una fuerza inimaginable.
PEDRO
EN BUSCA DEL RELATO PERDIDO. PARTE II
Sir Jhon Anthony siguió hojeando aquellos escritos. Al parecer pertenecían a un grupo que se hacía llamar Club Nenúfar, una especie de asociación secreta cuyos miembros practicaban la lectura y la escritura. Estaba sorprendido por la capacidad de los miembros al crear relatos con palabras tan distintas como pusilánime y Stradivarius.
TOÑI
SIEMPRE SE HABÍA CONSIDERADO UN PUSILÁNIME.
DE ESPÍRITU FRÁGIL E INSEGURO, SUFRÍA ENORMEMENTE CUANDO HABÍA ENSAYO GENERAL.
PARA PASAR DESAPERCIBIDO TRABAJABA DÍA Y NOCHE HASTA CONSEGUIR UNA EJECUCIÓN PERFECTA.
POR ESO NO ENTIENDE CÓMO FUE CAPAZ DE CLAVARLE SU STRADIVARIUS A LUIGI, EL DIRECTOR, CUANDO LE DIJO QUE ESTABA DESAFINANDO.
FRANCIS
Arístides Goróstegui fué hombre muy soberbio y orgulloso, jamás supo como Julio, el más inepto y pusilánime de sus cinco hijos, se disponía a interpretar al stradivarius “icarus” el concierto para violín de Mendelsohn. Nada más iniciar el primer movimiento alegro molto appassionato, una furtiva lágrima asomó entre sus párpados.
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